miércoles, 14 de julio de 2010

67 Euros más tarde...

Buenas noticias.
Por fin pude recoger el encendido de los talleres de Hugopla en Barcelona que, a su vez, revisaron mi pequeña "colección" de bobinas de alta tensión y así poder decidir cuál era la mejor para montarla en la moto.
Tras el montaje, un intento de puesta a punto fallido, en parte por inexperiencia y en parte por falta de una extractor de volante que no tenía me obligaron a despazarme a casa del "mago" Esteve quien, en pocos minutos, consiguió una estupenda chispa.
Ayer, 13 de julio, decidí sacar la moto a dar una vuelta, siempre en subida por si se paraba y el resultado fue sorprendente. La moto va bien, sólo un ligero problemilla de embrague que me obliga a reajustar el tensado tras la puesta en marcha que, por cierto, ha mejorado bastante.
Próximamente tengo prevista una salida de mayor envergadura pero la verdad es que aún no las tengo todas conmigo y posiblemente haré una par de paseos más para asegurarme que todo sigue en su sitio.
67 euros fue el coste de la revisión del encendido efectuada por Hugopla y en apenas 8 días. Para la próxima vez (la Impala en la que ya estoy liado) no me lo voy a pensar dos veces y el encendido lo haré revisar para evitar sorpresas desagradables.

lunes, 21 de junio de 2010

Ni cruzando los dedos...

Hace días que no comento la evolución de los fallos eléctricos de la Lobito y hoy ya toca hacerlo:
Hace 15 días había una concentración cerca de casa, así que el día anterior probé la moto. Parecía que iba bien aunque me dio un pequeño tirón. A la mañana siguiente, me preparo y arranco el motor. Escasos 200 metros y el "festival de petardeos". Tras un par de cambios de bujía y que en altas fallaba mucho decidí volver a casa...¡empujando! ya que al final, dejó de arrancar.
Llegados a este punto, pasé al plan "B": Localizar un encendido completo e idéntico al original de serie, es decir, un Femsa y abandonar el Motoplat con el que venía "de origen" cuando compré la moto y, teóricamente, voy a solucionar dos problemas: uno, el de los fallos y otro, el arranque en frío ya que la masa del volante va a ser la que toca. Este encendido ya lo tengo gracias a Moto Gris.
Para evitar sorpresas desagradables y cortar "por lo sano", también he decidido revisar el encendido completo antes de su montaje por lo que lo llevé hace un par de días a "Hugopla, SL", empresa de Barcelona dedicada a reparación de volantes magnéticos, quienes me aseguran que me lo dejarán como salido de fábrica. Adicionalmente, revisarán la bobina de alta tensión para asegurar el tanto y por el mismo precio (cobran 33 euros por revisar el encendido como precio base).
De aquí unos días podré pasar a recoger el encendido, espero que flamante, y a ver si ya no es necesario cruzar más los dedos.
Continuará...

jueves, 29 de abril de 2010

Era el condensador

Analizada la avería con el "mago Esteve" tomamos la decisión de probar a cambiar el condensador. La verdad es que la chispa mejoró mucho y tras los ajustes de carburación la moto cambió a mejor. La prueba final consistió en acudir a una reunión de motos en Montjuïc, la moto arranca mejor (será que estoy aprendiendo) y no me dio el más mínimo fallo. Crucemos los dedos...

lunes, 12 de abril de 2010

Mi Lobito está enferma.

Finalmente, y después de rodar un par o tres de veces con ella, decidí que ya era hora de su puesta de largo. Había una convocatoria de una concentración de coches y motos de los años 60-70 en Granollers y decidí acudir.
Así que antes de ponerla en el remolque la arranqué, como siempre remolona, con un ligero empujón. ¿por qué será que después ya arranca con la palanca?, me pregunto cada vez pero es lo que hay.
Unos minutos más tarde, apenas 30 ya hemos llegado y aparcado. Bajo la moto. Para mi sorpresa esta vez la moto arranca sin problemas y a la primera. Hoy habrá una novedad: llevaré pasajero (mi hija). El día, radiante.
Damos un pequeño paseo hasta la zona de concentración en recinto cerrado donde simultáneamente se esta celebrando un mercadillo y que también visitaremos.
Invitado por Mingo Gris y su encantadora esposa, Amelia, aparco la Lobito en su stand, junto a otras motos que ha traído para su venta y la verdad es que luce lo suyo. ¡¡ Estoy tan orgulloso!!.
Llega el momento, las doce. Preparamos la moto y arrancamos el motor.Damos una vuelta por el recinto en ella. Todo bien y lo paro. A eso de las 12:15 empieza una vuelta por la ciudad con tráfico cortado por la policía local. ¡Qué placer pasar en rojo!. Llevávamos unos 2Km y se oye una falsa explosión. Un fallo eléctrico, sin duda. Pasan unos cientos de metros y la moto se para. Reviso la bujía, totalmente engrasada y la sustituyo. Abro un poco el aire para que vaya más seca. Consigo arrancar en dos o tres patadas y continuamos el recorrido. Justo cuando todo parecía que iba bien y a mitad del recorrido previsto ( a unos 5 Km de la salida) la Lobito empieza a toser y a hacer ruido como de traca valenciana. Mi hija me indica que me pare. Le hago caso y la moto que no arranca. Reviso de nuevo la bujía. Está seca pero no hay chispa. Observo una ligera presencia de aceite en la cadena que no debería estar. Presupongo que los platinos se han mojado con aceite y decidimos finalizar nuestra salida.
Consigo un taxi y en apenas 30 minutos ya estoy cargando la moto y a mi paciente hija, que la ha custodiado en solitario.
Nos quedamos sin el aperitivo del final, con una cierta desilusión de no haber terminado la primera salida con la Lobito pero la moral está alta (*). Otra vez será.
Ahora está enferma y toca revisar el encendido. Una primera mirada, tras la apertura de la tapa confirma la presencia de aceite en los contactos del ruptor. Hasta que no desmonte el volante magnètico (me falta un inmovilizador) no sabré por dónde ha entrado aunque tengo una ligera sospecha que, de confirmarse, será de fácil solución. Si no es lo que pienso pues ya veremos...
(*) Soy consciente que no haber abierto el motor y no haberle hecho una revisión en profundidad es la causa del problema pero me resisto a abrirlo a no ser que sea absolutamente necesario.

miércoles, 31 de marzo de 2010

He caído en el hechizo

Sólo unas breves palabras para corregir lo dicho recientemente: ya tengo una Impala (la podréis ver en impalacomando.blogspot.es)

miércoles, 24 de febrero de 2010

Difícil de encontrar, pero encontrado al fin.

¿cómo solucionar un problema sin saber por dónde empezar?
En mi caso la respuesta no tardó demasiado en aparecer: necesito a alguien que sepa y, a ser posible, mucho...pero ¿quién?.
Una vez más el hecho de acceder al foro de "la Maneta" me ayudó. Todos hablaban de un gurú, de un mago de los 2 tiempos y estaba "relativamente" cerca de casa. Así que, teléfono en mano decidí llamar a Esteve, de "EsteveClassiques" y le planteé el problema. Ya sabía que era especialista en Impalas (de una marca llamada "Montesa", según dicen...) pero el reto parecía que le gustaba.
Un encuentro en un polígono, un par (o más) de empujones y la moto en marcha de nuevo...hasta que quiso. Luego, el silencio.
Se llevó la moto a su "cueva", a un lugar desconocido por mí con la sugerente idea que en una semana podía volver a tener la moto ya salvada de su letargo intermitente, curada de su enfermedad.
Sólo dos días después, la llamada. Domingo, a eso de las 10. "escucha" -dijo- y se oía un motor, el de mi Lobito. Me indicó que había ajustado unas cuantas cosas y que ya podía ir a recogerla.
¡Qué ilusión!
Llegué, la moto arranco a la primera y la probé. Un tiro hasta que empezó a ahogarse y volvió a las suyas. Volví a casa de vacío. Yo triste; Esteve, "picado".
Pasó menos de una semana y tras haberle acercado otro carburador (sospechaba que el mío no estaba muy fino) recibí una nueva llamada. Había encontrado el problema principal y otros de menor importancia pero que afectaban al comportamiento de la "loba".
Cuando monté el escape me dediqué a poner fibra en el silencioso central, como debía ir de acuerdo a las informaciones que recibí en su momento. Esta fibra, y por efectos de los gases del escape, se había ido desplazando llegando a hacer una bola al final impidiendo que los humos salieran. Ése era el motivo del ahogamiento. Decidimos retirar toda la fibra y el tubo interior (bueno, yo lo decidí y el se ensució las manos ;-D)y la moto ya arrancaba. Otros problemas detectados fueron que los ajustes del carburador no eran los adecuados, básicamente porque llevo montado un 22 y, a juicio de Esteve, es excesivo. La tobera es de 27, mayor de lo necesario y se tuvieron que cambiar los chiclés por unos más adecuados. La aguja, también se bajó a su punto más bajo.
No contento con el resultado, se montó una nueva bobina de alta "Motoplat" y una bujía de grado térmico más frío (espero no equivocarme).
La moto arrancaba pero debía uno debe desayunar fuerte para darle la patada adecuada. Descubrió que el volante magnético no era el suyo sino más pequeño, mucho más, posiblemente por haberse montado un tubarro y buscar altos regímenes de vueltas de motor. Recomendaciones: buscar una tobera de 22 y un volante de su tamaño.
De momento la cosa está así, tengo que aprender a arrancar una moto con poca inercia en el momento de darle a la palanca y eso va a requerir cierta práctica ya olvidada. A Esteve le arrancaba cada vez y a la primera, en frío, en caliente, bajo la lluvia, etc.
Tengo unas fotos que ahora no tengo disponibles en la que podréis ver con qué tesón repara las motos (y con que utillaje más técnico). Eso será en otro momento.
En cualquier caso, desde aquí mi agradecimiento, sincero, del esfuerzo realizado, más allá de lo solicitado y no compensado suficientemente con el mero pago económico. Creo que puedo incluir a Esteve en mi lista "analógica" de amigos (no soy usuario de Facebook)y por mi parte lo voy a recomendar siempre que sea posible.
Me intentó convencer de "adoptar" una Impala, pero de momento no será posible, no porque no me gusten sino porque las prioridades así lo aconsejan.

miércoles, 6 de enero de 2010

Tragicomedia de una ITV


5 de enero de 2010. 07:15h
El nerviosismo me ha impedido descansar adecuadamente así que raudo y veloz me dispongo a enganchar el remolque al que la noche anterior había subido la Lobito.Llueve, mis ilusiones de ir a dar una vueltecita una vez superada la ITV se desvanecen así como la idea de hacer cola para pasarla lloviendo no es que me entusiasme demasiado.Aún no sé por qué pero me acuerdo de coger unas cuantas herramientas básicas: llave de bujías, llave para el escape, 2 destornilladores, una llave inglesa, una bujía y un trapo. Cargo casi de todo en el coche: el casco, unos guantes, el "barbour", una mochila, la documentación, aceite para la mezcla y un depósito para gasolina. Me recuerda aquellos lejanos años en los que iba a participar en alguna subida en cuesta. Una última mirada al remolque. Todo correcto y salgo de casa.Los nervios siguen revoloteando en mi interior. Apenas 15 minutos después ya estoy llegando a la ITV. Aparaco el coche, otra mirada a la moto (qué guapa está) y con los papeles a hacer cola para pagar la tasa que no llega a los 20 euros (19,94 para ser exactos) y me indican dónde ponerme con la moto. Me sorprenden, hace unos días el circuito era diferente y me indican que hay una nueva normativa de ciclomotores. ¡Oiga!, que es de 74cc!! les digo. Igualmente, me responden. Todos a la misma cola y el mismo recorrido.Bajo la moto del remolque, los pies me resbalan al andar. Excito el carburador y, joer, no arranca. Me decido por el plan "B": el empujón. Apenas unos pocos metros y motor en marcha. Ufff...Unos minutos de espera con el motor en marcha. Esto va bien. Paro el motor y pruebo de volver a arrancarlo y lo hace a la primera. De todos modos, decido no parar la moto. Me llaman, paso el primer control, documentación correcta y número de bastidor. Me indican que me sitúe detrás de un Fiesta blanco. No llueve y el motor ronronea como un gato. Una humareda delata que la moto va un pelín grasa. Faltan dos coches...uno... me toca!!! PUFFFFF!!!! motor parado. Intento arrancar, no quiere. En un intento desesperado le doy a la palanca con todas mis energías. Nada. El clip que sujeta la palanca, sale despedido junto al muelle y la bolita. Joeeerrr....Salgo de la cola y empieza el festival. Llave de bujías en mano y desmonto. Mojada hasta el tuétano. Limpio y monto. No arranca. Empujo y decido pedir ayuda. Me ayudan a empujar y la moto arranca. ¡qué espectáculo! Me reincorporo a la cola, más bien me reintegro a mi puesto anterior, me vuelven a indicar que pase. OTRA VEZ SE PARA!!!! Joeerr... que la condenada no quiere pasar a la ITV. Mi cara, un poema. Estoy cansado y llamo a casa para "llorar". Vuelta a empezar.Saco de nuevo la bujía (como tres o cuatro veces después de sendos intentos). Renuncio a la palanca de arranque. Paseo por el aparcamiento empujando. Jadeo. Casi me rindo pero como el fénix decido que debo resurgir y la pegatina roja es un objetivo al que no debo renunciar.Pido ayuda a un profe de autoescuela que había por allí, unos empujoncitos y la moto funcionando aunque con mucha humareda. Está claro que no está bien carburada y/o la proporción de aceite en la mezcla es excesiva. Llego de nuevo a la cola, ya hace casi una hora que ha empezado la diversión, por llamarlo de alguna forma elegante, y me hacen entrar en la estación con el motor arriba de vueltas. Se vuelve a parar. Me ayudan a intentar arrancar con el frenómetro. Ni así. Me "aparcan" dentro de la estación de la ITV con un "espera aquí". Decido dejarme llevar ya que sé que ellos han visto funcionar la moto. Nunca se sabe. Pasan los minutos y llega una chica (muy guapa, por cierto) y me pregunta si soy el de la moto que no arranca a lo que asiento. Venga, que te ayudo a ponerla en marcha, me dice. No me lo creo. Me hace subir en la moto y se pone a empujar. La moto arranca casi de inmediato. La mano femenina hace estragos... Rápidamente vuelvo a la entrada de la ITV y paso igualmente rápido a la zona de comprobación de luces y las probamos, junto con el claxon en apenas 25 segundos y la chica indicándome que mantuviese altas las vueltas del motor, que no me importara ni el ruido y ni el humo a tope (ay! que me la tumbarán por el ruido y el humo, pienso). Sin problemas, la parte "eléctrica" está bien. Cortamos motor.Pasamos al frenómetro y demostramos que la Lobito frena de cine y la aparcamos. Como el muelle de la pata de cabra se había roto unos minutos atrás en un arrebato de desesperación y que estaba en mal estado sin yo ser consciente, tengo que hacer algún apaño de emergencia para solucionar la crisis. Repaso de los neumáticos, supensiones, etcétera. Me indican que el retrovisor está flojo y prometo solemnemente que lo atornillaré de inmediato ya que tengo una llave inglesa en el coche. Llega el momento cumbre, el catadióptrico trasero no les gusta y les indico que se trata del de origen (cierto) y les recuerdo que la moto no salía de fábrica ni con la luz de freno y la mía sí la llevaba. Llegamos al acuerdo (nueva promesa) de colocar un catadióptrico por debajo de la matrícula y, al fin, se termina el suplicio.Me sorprendió lo concienzudo de la revisión, buscando los juegos de los ejes, de la dirección y todo lo demás, especialmente la amabilidad de la chica de la ITV (los demás también pero me fijé más en la muchacha...) Vaya, que si yo fuera un poquito más "joven" y sin pareja le hubiera tirado "los tejos". Solteros: ¡os puedo decir dónde se encuentra esta joya a cambio de algún hierro de mi interés!!!El broche de oro de esta mañana de infarto se produce cuando me ofrece si colocar o no la pegatina y si decido que sí, me brinda a que la ponga yo, en su precencia y así ella se exime de una mala colocación.Me lo pensé y le dije que sí (no seáis mal pensados). Lo cierto es que será un orgullo llevarla (la pegatina)Y qué mejor que unas fotos para mostrar el final feliz de cualquier aficionado a la restauración de motos: la pegatina de la ITV.
No me atreví a pedir hacer una foto a esa chica que tan gentilmente me atendió y aplacó mi mal estado de ánimo.
A eso de las 10h cargo la moto en el remolque y decido que la vueltecita será para otro día. Ahora toca reposar de las emociones y en otro momento ya revisaré lo que le pasa a mi Lobito.