miércoles, 24 de febrero de 2010

Difícil de encontrar, pero encontrado al fin.

¿cómo solucionar un problema sin saber por dónde empezar?
En mi caso la respuesta no tardó demasiado en aparecer: necesito a alguien que sepa y, a ser posible, mucho...pero ¿quién?.
Una vez más el hecho de acceder al foro de "la Maneta" me ayudó. Todos hablaban de un gurú, de un mago de los 2 tiempos y estaba "relativamente" cerca de casa. Así que, teléfono en mano decidí llamar a Esteve, de "EsteveClassiques" y le planteé el problema. Ya sabía que era especialista en Impalas (de una marca llamada "Montesa", según dicen...) pero el reto parecía que le gustaba.
Un encuentro en un polígono, un par (o más) de empujones y la moto en marcha de nuevo...hasta que quiso. Luego, el silencio.
Se llevó la moto a su "cueva", a un lugar desconocido por mí con la sugerente idea que en una semana podía volver a tener la moto ya salvada de su letargo intermitente, curada de su enfermedad.
Sólo dos días después, la llamada. Domingo, a eso de las 10. "escucha" -dijo- y se oía un motor, el de mi Lobito. Me indicó que había ajustado unas cuantas cosas y que ya podía ir a recogerla.
¡Qué ilusión!
Llegué, la moto arranco a la primera y la probé. Un tiro hasta que empezó a ahogarse y volvió a las suyas. Volví a casa de vacío. Yo triste; Esteve, "picado".
Pasó menos de una semana y tras haberle acercado otro carburador (sospechaba que el mío no estaba muy fino) recibí una nueva llamada. Había encontrado el problema principal y otros de menor importancia pero que afectaban al comportamiento de la "loba".
Cuando monté el escape me dediqué a poner fibra en el silencioso central, como debía ir de acuerdo a las informaciones que recibí en su momento. Esta fibra, y por efectos de los gases del escape, se había ido desplazando llegando a hacer una bola al final impidiendo que los humos salieran. Ése era el motivo del ahogamiento. Decidimos retirar toda la fibra y el tubo interior (bueno, yo lo decidí y el se ensució las manos ;-D)y la moto ya arrancaba. Otros problemas detectados fueron que los ajustes del carburador no eran los adecuados, básicamente porque llevo montado un 22 y, a juicio de Esteve, es excesivo. La tobera es de 27, mayor de lo necesario y se tuvieron que cambiar los chiclés por unos más adecuados. La aguja, también se bajó a su punto más bajo.
No contento con el resultado, se montó una nueva bobina de alta "Motoplat" y una bujía de grado térmico más frío (espero no equivocarme).
La moto arrancaba pero debía uno debe desayunar fuerte para darle la patada adecuada. Descubrió que el volante magnético no era el suyo sino más pequeño, mucho más, posiblemente por haberse montado un tubarro y buscar altos regímenes de vueltas de motor. Recomendaciones: buscar una tobera de 22 y un volante de su tamaño.
De momento la cosa está así, tengo que aprender a arrancar una moto con poca inercia en el momento de darle a la palanca y eso va a requerir cierta práctica ya olvidada. A Esteve le arrancaba cada vez y a la primera, en frío, en caliente, bajo la lluvia, etc.
Tengo unas fotos que ahora no tengo disponibles en la que podréis ver con qué tesón repara las motos (y con que utillaje más técnico). Eso será en otro momento.
En cualquier caso, desde aquí mi agradecimiento, sincero, del esfuerzo realizado, más allá de lo solicitado y no compensado suficientemente con el mero pago económico. Creo que puedo incluir a Esteve en mi lista "analógica" de amigos (no soy usuario de Facebook)y por mi parte lo voy a recomendar siempre que sea posible.
Me intentó convencer de "adoptar" una Impala, pero de momento no será posible, no porque no me gusten sino porque las prioridades así lo aconsejan.