miércoles, 19 de agosto de 2009

Ya casi está terminada

No escribir en esta página durante tres meses no significa que el proyecto se haya parado, mas bien al contrario. Muchas cosas por contar, muchas para no contar -secreto de sumario- sobre un final de restauración que se está mostrando con cierta rebeldía en sus acabados y que hacen que a fecha de hoy, con -creo- un 95% de la moto terminada aún no pueda salir a la calle.


Como todos tenemos nuestro punto de impaciencia, y yo el primero, así es como está la "criatura" en estos momentos:





Y ahora, el anecdotario:


Rueda trasera: El montaje de la cubierta acabó con 2 cámaras nuevas fruto de unas herramientas de desmontaje en mal estado que provocaban los pinchazos. Finalmente, la montaron en un taller de neumáticos muy a mi pesar (especialmente mi bolsillo).


Tras el montaje de la corona, con sus correspondientes tornillos de M8 que no son idénticos a los originales (tienen la cabeza más pequeña) procedí al montaje de las mordazas de freno y, gracias a que tenía unas sin desmontar, fue una tarea sencilla aunque tuve que tomar "prestado" un circlip que aún no sé dónde está.


¿qué más? El cubrecadenas. Un elemento que venía en tres piezas, dos de ellas se debían remachar con remaches de aluminio de los de picar. Divertido e interesante. Los consejos de Juan Vidal, en una reciente visita de compras a su casa, fueron providenciales y el resultado muy adecuado para ser la primera vez que lo hacía.



Después vendría el descubrimiento que el guardabarros trasero no cabía por culpa del cubrecadenas. Tenía el viejo en casa y advertí que tenía un encaje, así que radial en marcha y pulidora para los acabados (en este punto omito algunos detalles de los que no me siento especialmente orgulloso y que no se notan...)


Las ganas de verla terminada me hicieron colocar el piloto trasero, previamente pintado en casa con un aerosol de pintura negra y limpieza con Fairy de la goma. Muchas mediciones después y me atreví con el taladro. Y ya puestos, el soporte de la placa de la matrícula y la susodicha, estampada en Toledo en un viaje que hice por trabajo y de las antiguas, sin la "E".





Con unos cuantos dolores de espalda conseguí colocar la rueda trasera así como el tensor de la cadena. Aquí empezaron algunos de los problemas que aún persisten y que están próximos a solucionar.


El motor: faltaba montar el cilindro ya que quería cambiar los aros. Una visita a Bellavista y solucionado. En casa con una lima pequeña y unas galgas pues eso, trabajo de chino para ajustar los endemoniados aros al estado de desgaste del cilindro. Cerrar ya fue fácil.


¡¡Ah sí!! Fui a cerrar la tapa del embrague y fui a por la junta nueva que tenía. No iba bien, era del modelo redondo de motor. Por suerte, la antigua la conservaba (suerte que no tiro nunca nada) y la reaproveché. Veremos qué pasará cuando ponga el aceite...


Por fin llegué al manillar donde ya le puse el flamante espejo retrovisor y los soporte de las manetas así como el faro, también pintado en casa.


El turno de la instalación eléctrica había llegado y con la ayuda del despiece de la moto y unas fotos pude montar el nuevo interruptor a falta de los empalmes finales en la zona del faro.






Durante todo este tiempo, que cuento aquí de forma resumida, he consumido unas cuantas tardes localizando diferentes elementos que he ido descubriendo que me faltaban o que no eran como los originales como por ejemplo el eje de la pata de cabra, que no va atornillada. En esta ocasión la ayuda vino desde Molins de Rei cuando volví a visitar a Mingo Gris y Sra. que, como siempre, me atendieron y soportaron de forma impecable.




Ya espero impaciente la finalización y puesta en marcha pero para ello me falta un poquito, esos pequeños detalles del final, de esa pieza que no se niqueló (leva del embrague), del ajuste del eje del caballete y reposición de un muelle que estropeé y del que ya tengo el recambio, de empalmar los cables y colocar la óptica del faro que ya ha sido limpiada y cuyo cerquillo es nuevo, montar el sistema de cuentakilómetros y cambiar el cerquillo del reloj, reapretar el escape - qué difícil llega a ser apretar la tuerca del escape aún teniendo la herramienta -, revisar tornillos omitidos, poner las tuercas del asiento, el grifo de gasolina, limpiar el carburador, poner los cables de freno, embrague y gas. Vaya, todo un mundo.

Finalmente, poner gasolina y volver a escuchar a ese motor que tanto le costaba de arrancar (2a. patada) y que tan bien suena.