lunes, 12 de abril de 2010

Mi Lobito está enferma.

Finalmente, y después de rodar un par o tres de veces con ella, decidí que ya era hora de su puesta de largo. Había una convocatoria de una concentración de coches y motos de los años 60-70 en Granollers y decidí acudir.
Así que antes de ponerla en el remolque la arranqué, como siempre remolona, con un ligero empujón. ¿por qué será que después ya arranca con la palanca?, me pregunto cada vez pero es lo que hay.
Unos minutos más tarde, apenas 30 ya hemos llegado y aparcado. Bajo la moto. Para mi sorpresa esta vez la moto arranca sin problemas y a la primera. Hoy habrá una novedad: llevaré pasajero (mi hija). El día, radiante.
Damos un pequeño paseo hasta la zona de concentración en recinto cerrado donde simultáneamente se esta celebrando un mercadillo y que también visitaremos.
Invitado por Mingo Gris y su encantadora esposa, Amelia, aparco la Lobito en su stand, junto a otras motos que ha traído para su venta y la verdad es que luce lo suyo. ¡¡ Estoy tan orgulloso!!.
Llega el momento, las doce. Preparamos la moto y arrancamos el motor.Damos una vuelta por el recinto en ella. Todo bien y lo paro. A eso de las 12:15 empieza una vuelta por la ciudad con tráfico cortado por la policía local. ¡Qué placer pasar en rojo!. Llevávamos unos 2Km y se oye una falsa explosión. Un fallo eléctrico, sin duda. Pasan unos cientos de metros y la moto se para. Reviso la bujía, totalmente engrasada y la sustituyo. Abro un poco el aire para que vaya más seca. Consigo arrancar en dos o tres patadas y continuamos el recorrido. Justo cuando todo parecía que iba bien y a mitad del recorrido previsto ( a unos 5 Km de la salida) la Lobito empieza a toser y a hacer ruido como de traca valenciana. Mi hija me indica que me pare. Le hago caso y la moto que no arranca. Reviso de nuevo la bujía. Está seca pero no hay chispa. Observo una ligera presencia de aceite en la cadena que no debería estar. Presupongo que los platinos se han mojado con aceite y decidimos finalizar nuestra salida.
Consigo un taxi y en apenas 30 minutos ya estoy cargando la moto y a mi paciente hija, que la ha custodiado en solitario.
Nos quedamos sin el aperitivo del final, con una cierta desilusión de no haber terminado la primera salida con la Lobito pero la moral está alta (*). Otra vez será.
Ahora está enferma y toca revisar el encendido. Una primera mirada, tras la apertura de la tapa confirma la presencia de aceite en los contactos del ruptor. Hasta que no desmonte el volante magnètico (me falta un inmovilizador) no sabré por dónde ha entrado aunque tengo una ligera sospecha que, de confirmarse, será de fácil solución. Si no es lo que pienso pues ya veremos...
(*) Soy consciente que no haber abierto el motor y no haberle hecho una revisión en profundidad es la causa del problema pero me resisto a abrirlo a no ser que sea absolutamente necesario.

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